Alejandra Pizarnik, ciudadana ilustre de Buenos Aires

Alejandra Pizarnik, una de las poetas más destacadas del siglo XX en Argentina, ha sido declarada «ciudadana ilustre post mortem» de la provincia de Buenos Aires. La resolución, publicada en el Boletín Oficial de la provincia, reconoce su sobresaliente contribución a la cultura.


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Una vida marcada por la singularidad

Nacida el 29 de abril de 1936 en Avellaneda, Pizarnik fue considerada una «poeta maldita» y estuvo fuertemente influenciada por el surrealismo. Creció en una familia de comerciantes de joyas de origen judeo-ruso, quienes se preocuparon por las situaciones que se desarrollaban en Europa durante su juventud, ya que gran parte de su familia fue víctima del nazismo en Ucrania.

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Desde su adolescencia, Pizarnik lidió con problemas de autoestima y se sintió eclipsada por su hermana mayor. Sin embargo, su legado literario comenzó a gestarse en los alrededores de la Facultad de Filosofía y Letras y la Escuela de Periodismo, donde conoció a poetas surrealistas y a importantes figuras literarias y artísticas de la época.

A los 19 años, publicó su primer poemario, La tierra más ajena, bajo el nombre de Flora Alexandra Pizarnik. Poco después, con La última inocencia, adoptó oficialmente el nombre de Alejandra Pizarnik. Durante su estancia en París, entabló amistad con Octavio Paz y Julio Cortázar, y escribió sus obras más reconocidas: Árbol de Diana (1962) y Los trabajos y las noches (1965).

Tras su regreso a Buenos Aires y haber recibido prestigiosas becas, Pizarnik comenzó a enfrentar problemas de salud y, trágicamente, falleció el 25 de septiembre de 1972 a causa de una sobredosis de barbitúricos. A pesar de su trágico final, su legado perdura y se la considera una de las grandes creadoras hispanoamericanas del siglo XX.

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Un homenaje merecido

El gobierno de la provincia de Buenos Aires le otorgo el título de «ciudadana ilustre post mortem» mediante la promulgación de la Ley 15.448, sancionada por la Legislatura el 12 de abril pasado. Con este reconocimiento, se exalta el legado perdurable de Pizarnik y su invaluable contribución al ámbito cultural y a la literatura argentina. Su poesía sigue siendo relevante y continúa inspirando a generaciones de lectores y escritores.


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