Ya no son solamente amigos en cuyo cuerpo el mal está avanzando, sino que la mayoría son extraños que no tienen donde irse a morir. Aparte del moridero, la única alternativa sería perecer en la calle. Mario Bellatin, nos propone una mirada acerca del paso del tiempo, haciendo énfasis en la pérdida de la vida y la belleza como consecuencia de una enfermedad imposible de detener.