Hace poco me encontré con una reseña de la novela de George Orwell, 1984, que me gusto mucho y decidí compartir en Universos Literarios. Me refiero a una extensiva nota de opinión y análisis que realizó el escritor de ciencia ficción Isaac Asimov.
En 1980, próximo al año 1984, la Field Newspaper Syndicate le pidió a Isaac Asimov que escribiera una opinión sobre el libro de Orwell. El autor de la saga Fundación, escribió una extensa reseña sobre 1984 la cual se divide en cuatro partes. A continuación les comparto la primera de las cuatro partes de la reseña, e iré subiendo el resto una a una en otras entradas.
Espero que el aporte de Asimov sobre la obra de George Orwell les resulte tan interesante y de valor como lo fue para mi.
1984 de George Orwell, por Isaac Asimov
Hace ya varios años que vengo escribiendo un artículo en cuatro partes, al comienzo de cada año, para Field Newspaper Syndicate; y en 1980, pensando en la aproximación del año 1984, FNS me pidió que hiciera una crítica exhaustiva de la novela 1984 de George Orwell.
Yo era renuente. No recordaba casi nada del libro, y eso dile… pero Denison Demac, la encantadora joven que es mi contacto en el FNS, me envió simplemente un ejemplar y me dijo: “Léalo”.
De modo que lo leí, y quedé absolutamente pasmado por lo que leí. Me pregunto cuántos de los que hablan con tanta soltura sobre la novela la habrán leído alguna vez, y si lo hicieron, qué será lo que recuerdan.
Sentí que tendría que escribir la crítica, aunque más no fuera para explicarle a la gente cómo son en verdad las cosas. (Lo siento, me encanta mostrarle a la gente cómo son en verdad las cosas.)
PRÓLOGO 46
(1984)
A. Cómo fue escrito 1984
En 1949 se publicó un libro titulado 1984. Había sido escrito por Eric Arthur Blair bajo el seudónimo de George Orwell.
El libro intentaba mostrar cómo sería la vida en un mundo dominado por el mal, donde los gobernantes se mantuvieran en el poder empleando la fuerza bruta, deformando la verdad, reescribiendo permanentemente la historia, hipnotizando al pueblo.
Este mundo fue situado sólo treinta y cinco años después de la época en que se escribió el libro, de modo que aun los lectores que ya estuvieran en la mitad de sus vidas en aquel momento todavía podían vivir para verlo.
Yo, por ejemplo, era ya un hombre casado cuando apareció el libro, y ya estamos sin embargo a menos de cuatro años de aquel año (porque “1984” quedó asociado al temor a causa del libro de Orwell), y es muy probable que yo viva para verlo.
En este capítulo, analizaré el libro, pero antes: ¿Quién era Blair/Orwell y por qué fue escrito el libro?
Blair nació en 1903 como caballero británico. Su padre trabajaba en la administración pública de la India, y él también llevó la vida de un funcionario imperial británico. Fue a Eton, desempeñó cargos en Burna, etcétera.
Pero le faltaba dinero para ser un caballero inglés a carta cabal. Y además, no quería pasarse el tiempo en trabajos de oficina, quería ser escritor. En tercer lugar, se sentía culpable por pertenecer a la clase alta.
Y entonces hizo a fines de la década del veinte lo que muchos jóvenes norteamericanos acomodados hicieron en la década del sesenta. Dicho brevemente, se convirtió en lo que nosotros habríamos llamado un “hippie”. Vivió en los barrios bajos de Londres y París, se vinculó y se identificó con sus habitantes y sus vagabundos, y se las ingenió para tranquilizar su conciencia y juntar, al mismo tiempo, material para sus primeros libros.
También viró hacia la izquierda y se hizo socialista, y luchó junto a los leales en la Guerra de España. Allí se enredó en las luchas sectarias entre las distintas facciones izquierdistas, y dado que creía en una forma inglesa del socialismo propia de un caballero, se encontró fatalmente del lado de los perdedores. En contra de él estaban los apasionados anarquistas, sindicalistas y comunistas españoles que lamentaban amargamente que las necesidades de la lucha contra los fascistas de Franco les impidieran combatirse unos a otros con toda libertad. Los comunistas, que eran los que mejor organizados estaban, ganaron y Orwell tuvo que abandonar España, porque estaba convencido de que si no lo hacía lo matarían.
De allí en más, y hasta el final de su vida, libró una guerra literaria privada contra los comunistas, decidido a ganar en palabras la batalla que había perdido en los hechos.
Durante la Segunda Guerra Mundial, en la cual fue excluido del servicio militar, estuvo vinculado al ala izquierda del Partido Laborista británico, pero no simpatizó mucho con sus posiciones, porque aun esa versión fútil del socialismo le parecía demasiado bien organizada.
Aparentemente, la variante nazi del totalitarismo no lo tenía muy preocupado, porque en él sólo había lugar para su guerra privada con el comunismo stalinista. Así, mientras Gran Bretaña luchaba por su vida contra el nazismo y la Unión Soviética participaba como un aliado en la lucha sufriendo más bajas y poniendo más coraje que el que le correspondía, Orwell escribió Animal Farm (“La granja de los animales”, conocido en español como “Rebelión en la granja”), que es una sátira de la revolución rusa y sus resultados, donde todo es descripto en términos de una revuelta de animales de corral contra sus amos humanos.
Terminó de escribir Animal Farm en 1944 y tuvo dificultades para encontrar un editor, dado que no era un momento particularmente indicado para irritar a los soviets. Pero tan pronto como la guerra terminó la Unión Soviética pasó a ser un blanco permitido y Animal Farm fue publicado. Fue recibido con ovaciones, y Orwell devino suficientemente próspero para retirarse y consagrarse a su obra maestra, 1984.
El libro describe a la sociedad como una vasta extensión a escala mundial de la Rusia stalinista de los años treinta, con todo el veneno de un sectario rival de izquierda. Las otras formas de totalitarismo desempeñan un papel menor. Hay una o dos alusiones a los nazis y a la Inquisición. Al comienzo mismo, se alude una o dos veces a los judíos como si éstos fueran a ser perseguidos, pero esto se diluye enseguida como si Orwell no quisiera que los lectores confundan a los villanos con los nazis.
Es una pintura del stalinismo y sólo del stalinismo.
Por el tiempo en que apareció el libro, en 1949, la Guerra Fría estaba en su apogeo. El libro se hizo muy popular a causa de esto. En Occidente, era casi una cuestión de patriotismo comprarlo y hablar acerca de él, y quizá hasta leer algunas de sus partes, aunque mi opinión es que fueron más los que lo compraron y hablaron acerca de él que los que lo leyeron, porque es un libro terriblemente aburrido, didáctico, repetitivo y casi estático.
Al comienzo se hizo más popular entre la gente que se inclinaba por el bando más conservador del espectro político, pues estaba claro que era antisoviético, y la pintura de la vida que proyectaba en el Londres de 1984 se parecía mucho a la imagen que los conservadores se hacían de la vida en el Moscú de 1949. Durante la era de McCarthy en los Estados Unidos, 1984 se volvió cada vez más popular entre los que se inclinaban por el bando liberal del espectro político, pues a éstos les parecía que los Estados Unidos de comienzos de la década del cincuenta estaban marchando hacia el control del pensamiento y que todas las perversidades que Orwell había imaginado se estaban acercando a nosotros.
Así, en un apéndice a la edición publicada en 1961 por New American Library, el psicoanalista y filósofo liberal Erich Fromm concluye como sigue:
“Los libros como los de Orwell son severas advertencias, y sería lamentable que el lector interpretara presuntuosamente a 1984 como otra descripción más de la barbarie stalinista, y no viera que también está dirigida a nosotros.”
Pero aun dejando de lado al stalinismo y al macartismo, cada vez más norteamericanos estaban dándose cuenta de cómo crecía el gobierno, cómo aumentaban los impuestos, cómo las reglas y regulaciones penetraban cada vez más en los negocios y hasta en la vida corriente, cómo las informaciones sobre cada faceta de la vida privada ingresaban no sólo en los archivos de las oficinas del gobierno sino también en aquellos de los sistemas privados de crédito.
1984 pasó a representar entonces no al stalinismo, y ni siquiera a la dictadura en general, sino simplemente al gobierno. Aun el paternalismo gubernamental parecía ser “estilo 1984” y la famosa frase “El Gran Hermano está vigilándote” pasó a significar todo aquello que era demasiado grande para que un individuo pudiera controlarlo. No sólo el gran gobierno y los grandes negocios eran presagios de 1984, también lo eran la gran ciencia, el gran movimiento obrero y todo lo grande, en general.
En realidad, tanto ha penetrado la fobia al 1984 en la conciencia de muchos que no leyeron el libro y no tienen idea de lo que dice, que uno se pregunta qué puede llegar a pasarnos después del 31 de diciembre de 1984. Cuando llegue el Día de Año Nuevo de 1985 y los Estados Unidos existan todavía y estén enfrentando problemas muy similares a los que enfrentan hoy, ¿cómo expresaremos nuestros miedos a cada aspecto de la vida que nos llena de aprensión? ¿Qué otra fecha podemos inventar para reemplazar a la de 1984?
El propio Orwell no vivió para ver el éxito que alcanzó su libro. No fue testigo de cómo él mismo convirtió al 1984 en un año que obsesionaría a toda una generación de norteamericanos. Orwell murió de tuberculosis en un hospital de Londres en enero de 1950, apenas unos meses después de que el libro fue publicado, a la edad de cuarenta y seis años. El conocimiento que tenía de que su muerte era inminente pudo haber influido en el tono encarnizado del libro.
Continua leyendo la segunda parte de la reseña de Isaac Asimov a la novela 1984 de Orwell
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[…] de George Orwell. La misma está compuesta por cuatro partes, de las que compartí dos de ellas. La primera habla sobre Orwell y las razones que lo llevaron a escribir la novela, mientras que la segunda discute sobre si 1984 es un relato de ciencia ficción o no, entre otras […]
[…] cada una de sus entradas Asimov análisis un aspecto diferente de la novela de Orwell. En la primer parte habla sobre el escritor y las razones que lo llevaron a escribir el libro. Mientras que la segunda parte de la entrada discute si el relato puede entrar en el genero de […]