María Fernanda Ampuero y Sacrificios humanos: terror de no ficción

María Fernanda Ampuero nació en Guayaquil, Ecuador, en 1976. Es escritora y periodista. Entre sus obras se encuentran Lo que aprendí en la peluquería, una serie de crónicas acerca de su experiencia como migrante en España, y Pelea de gallos, un libro de cuentos sobre la violencia y la desigualdad en América Latina. Sacrificios humanos es su último libro, escrito durante el pico más alto de contagios durante la pandemia.


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¿Cómo surge Sacrificios Humanos?

Sacrificios humanos es un libro de cuentos que nace del horror de lo real: mientras Ampuero veía por televisión a las familias que no podían despedir a sus muertos y a los cuerpos apilándose en las calles de Guayaquil, la semilla de esos cuentos comenzaba a echar brotes. Toda esa incertidumbre por el futuro dejó paso a los terrores de lo cotidiano, y así Ampuero se ganó un merecido lugar de honor entre otras escritoras latinoamericanas, como Selva Almada o Mariana Enriquez.

Cuenta la autora: “Todo en mi vida tenía la exacta atmósfera de una pesadilla. En ese contexto, estaba segura de que sería incapaz de escribir algo, lo que sea. Me había quedado como afásica, no tenía concentración ninguna, no podía ni leer. De pronto, empecé a escribir.

¿De qué trata Sacrificios Humanos?

Los cuentos de Sacrificios humanos hablan de lo más bajo, vil y terrible de la sociedad latinoamericana: el odio a los que son distintos, la desigualdad, el abuso, la muerte, la violencia, la marginación y, sobre todo, el miedo, que recorre todos los relatos de este libro. Especialmente el miedo de las mujeres.

Refiere María Fernanda Ampuero: “Uno siempre piensa en los aztecas o en los incas pero el sistema capitalista exige sacrificios humanos también. Son los sacrificios humanos contemporáneos más claros, y las mujeres son a las que más descuartizaron”. La clave de Sacrificios Humanos es, entonces, que todos podemos ser el demonio del otro y a la vez, todos podemos ser el sacrificio de ese otro.

La violencia del marido a la mujer, del padre a la hija o de un mero desconocido a una mujer anónima se encuentra omnipresente. Pero a través de sus narraciones hay catarsis, exorcismo, consuelo. Porque peor que vivir el horror es vivirlo y callarlo. Por eso Ampuero no se guarda nada y afronta a la realidad como sea necesario.

¿Está basado en hechos reales?

La autora afirma inspirarse en las noticias del día a día: femicidios, refugiados ahogados al cruzar el mar, mujeres desaparecidas, castigos de los narcos, inmigrantes pobres que dejan su vida atrás y son recibidos con violencia. Ampuero vivió esto último en carne propia, cuando viajó en el 2004 a España y vivió situaciones difíciles por su condición de mujer latinoamericana. Señaló: “Ser extranjera pobre es lo que es ser inmigrante. No tiene nada de romántico ni nada de atractivo, ni interesante, ni folclórico”. En esas circunstancias vio de cerca el desamparo al que uno se expone en un país desconocido, en el cual no cuenta con los mismos derechos que cualquier ciudadano.

¿Cuál es el estilo de estos cuentos?

Pese a la temática oscura de esta colección de historias, el estilo de Ampuero es lúdico, poético. En varios cuentos hay una palpable intención de imitar la cadencia de los hechizos, los cánticos infantiles, los coros. Es lírico y terrible, pero posee cierta belleza cruda. Ampuero destaca así su absoluta adoración por la poesía, el género para ella es “más difícil y más perfecto, el que nos conduce de forma más cierta a eso que hemos llamado divinidad.

¿Hay una continuidad narrativa en Sacrificios Humanos?

Si bien no hay un hilo narrativo que una a todos los cuentos, los temas son siempre los mismos y por lo tanto hay cierta conexión emocional que los agrupa. En los cuentos que dan inicio y fin al libro hay una suerte de final feliz, o al menos se llega a creer que se puede vencer al mal. En el cuento «Biografía» lo que salva es la memoria de las mujeres que estuvieron antes, una relación intangible, una conexión femenina, mística, que no se detiene ni ante la mismísima muerte, mientras que en «Freaks» es el gesto de hermanarse con el otro, con un extraño, un desconocido al que le tendemos una mano. ¿Será que tan sólo podemos salvarnos si pensamos antes en el otro? Ampuero no ofrece respuestas, tan sólo nos muestra un brillo de esperanza en una sociedad que agoniza.

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