“Tengo un conejo entre las piernas. Es negro. Yo le digo Roberto, pero se podría llamar Ignacio o inclusive Carla, pero le digo Roberto porque tiene forma de Roberto.” Así comienza el cuento de Agustina Bazterrica y presenta desde las dos primeras líneas del relato, la cotidianeidad de lo fantástico.
Roberto, de Agustina Bazterrica
