Reseñas de libros

Conversación en La Catedral y el abismo de la derrota

Conversación en La Catedral y el abismo de la derrota

¿En qué momento se jodió el Perú? La pregunta abre la novela y se convierte en un eco ineludible. Pero también puede leerse como un disparador más amplio: ¿cuándo un país, una generación, una persona, empieza a desmoronarse? Conversación en La Catedral, publicada en 1969, es mucho más que la crónica de un desencanto nacional. Es una novela sobre la corrupción íntima del poder, la derrota del deseo y la imposibilidad de hallar un sentido en medio del caos.


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El contexto que dio forma a Conversación en La Catedral

Escrita cuando Mario Vargas Llosa vivía en París, Conversación en La Catedral refleja el desencanto de una generación latinoamericana que creía que los cambios sociales podían alcanzarse desde la literatura. El Perú bajo la dictadura de Manuel A. Odría es el escenario inmediato, pero el tono es más amplio: la violencia institucional, el clasismo inamovible, el racismo estructural, la hipocresía del progresismo limeño y la fractura moral se extienden por cada rincón del relato.

Al momento de su publicación, en plena efervescencia del Boom latinoamericano, la novela fue recibida como una obra arriesgada por su estructura fragmentaria, su ambición totalizadora y su decisión de no ofrecer consuelo.

El reciente fallecimiento de Mario Vargas Llosa no hace más que reactivar una lectura pendiente: la de sus obras como documentos, no tanto de época, sino de desintegración. En ese sentido, Conversación en La Catedral no ha perdido fuerza. La ha intensificado.

Un país fracturado, una familia rota, un protagonista desplazado

Zavalita, el protagonista, es hijo de un burgués colaboracionista, pero él mismo trabaja en un diario sensacionalista. Su mundo está lleno de inconsistencias, de renuncias y contradicciones. Al igual que Castel en El túnel de Sábato, siente que el mundo está deformado, pero en lugar de volverse asesino o confesar en clave patológica, Zavalita opta por conversar. Y ese gesto, tan banal como devastador, le permite revisar un país desde los restos.

La conversación con Ambrosio, el ex chofer de su padre, en una cantina llamada La Catedral, estructura toda la novela, que avanza por digresiones, flashbacks, voces cruzadas y confesiones a medias. La historia no se organiza, se desarma. La verdad, si la hay, es residual.

Zavalita no se redime ni denuncia con heroísmo. Es la encarnación del intelectual quebrado, del testigo que no pudo intervenir a tiempo. La política ya no es una promesa. Es un zumbido de fondo.

Tiempo roto, voces múltiples, memoria que no ordena

Uno de los logros formales más potentes de Conversación en La Catedral es su estructura narrativa. Vargas Llosa diseña un tiempo quebrado, donde los recuerdos de Zavalita se superponen con los de otros personajes, en una prosa que cambia de voz sin avisar y que obliga al lector a construir el sentido como si desenterrara ruinas.

No hay cronología estable. No hay narrador confiable. Solo hay una red de traiciones, secretos, silencios, degradaciones íntimas y políticas. El país se cuenta desde la cocina, el dormitorio, la redacción, el burdel y el despacho oficial. Todos los espacios están contaminados. Nadie queda al margen.

La técnica no es caprichosa: es una forma de mostrar que la verdad histórica está disuelta en versiones parciales, en recuerdos deformados, en discursos que no alcanzan.

Existencialismo, desilusión y literatura como trinchera

Vargas Llosa siempre rechazó la etiqueta de “literatura comprometida” si eso implicaba propaganda o simplificación. Pero Conversación en La Catedral está atravesada por una urgencia política real, solo que sin panfleto. La pregunta sobre el Perú se vuelve también una pregunta sobre el sentido de vivir, amar, resistir o fracasar.

Hay en Zavalita un eco de Meursault (El extranjero) o del personaje de El túnel, pero también de una clase media latinoamericana que ya no cree en los proyectos colectivos. La novela no ofrece héroes. Ofrece cómplices, culpables, ausentes, víctimas parciales.

En ese sentido, la novela dialoga con otros textos como Chicas muertas de Selva Almada, donde también hay un país que ya fue roto antes del primer párrafo. O con Las viudas de los jueves de Claudia Piñeiro, donde las élites argentinas también se narran desde el fracaso, el encierro y la culpa.

Entre Vargas Llosa y Sábato, entre Zavalita y Castel

Zavalita es, en muchos aspectos, la contraparte más política de Castel. Ambos están aislados, frustrados, en conflicto con el mundo y con sus propios actos. Pero mientras Castel se encierra en la obsesión y termina en crimen, Zavalita se abre a la palabra, aunque sepa que no va a cambiar nada.

El túnel fue una confesión; Conversación en La Catedral, una derrota dialogada. Ernesto Sábato escribió desde el abismo íntimo; Vargas Llosa, desde el pantano social. Ambos, sin embargo, plantearon un dilema similar: cuando todo se pudre, ¿qué sentido tiene seguir narrando?

Por qué hoy Conversación en La Catedral vuelve a doler

El fallecimiento de Mario Vargas Llosa, el 15 de abril de 2025, reavivó la lectura de sus novelas más densas, más críticas, menos complacientes. Y Conversación en La Catedral es, sin dudas, la más compleja. No por su extensión, sino por su apuesta: narrar un país sin épica, una generación sin redención y un individuo sin destino.

Hoy que muchas ficciones se limitan a confirmar lo que el lector ya cree, volver a este libro es una experiencia incómoda pero necesaria. Porque no busca consuelo ni adhesión. Busca hacernos responsables del barro.


Mepol (Martín Enrique Pelozo)
Mepol

Responsable de Universo Literario. Dibujante ilustrador y analista SEO argentino.

Amante del género fantástico y la ciencia ficción en sus distintas representaciones: cine, literatura, arte, entre otros. Soy el responsable de este proyecto. Tanto de su diseño, como de evaluar el contenido que se publica. He compartido diversos artículos en la web, como biografías y algunas reseñas; pero mi principal proyecto es la sección Inksword, donde comparto una mirada personal sobre la historia del arte de ilustrar y su relación con la literatura y otras artes.