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Cuando La Casa se vuelve trampa: tercera entrega de Blackwater

Cuando La Casa se vuelve trampa: tercera entrega de Blackwater

La tensión ya no fluye por el río. Se instala en los cimientos, se filtra en las paredes, se encarna en las habitaciones cerradas con llave. En esta tercera entrega, Michael McDowell desplaza el centro narrativo de lo natural hacia lo construido. La amenaza deja de ser externa. Ahora, respira desde adentro.


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La arquitectura de lo no dicho

Si en La Riada el río representaba la irrupción y en El Dique la contención artificial del peligro, en La Casa el poder toma la forma de algo mucho más sutil y opresivo: el espacio doméstico. McDowell ya no necesita una inundación para incomodar. Le alcanza con mostrar cómo se dibujan los planos del afecto en una casa entregada con condiciones.

Mary-Love no cede. Da, pero al dar, captura. La vivienda que le ofrece a Oscar y Elinor no es un regalo: es una estrategia. Una forma de tener cerca lo que no puede controlar del todo. El hogar, que tantas veces en la literatura se presenta como refugio, acá funciona como jaula diseñada con amabilidad. Y cada detalle material —una habitación asignada, una entrada lateral, una decisión decorativa— revela que el conflicto no solo se da entre personas, sino en cómo esas personas ocupan el espacio.

Hijas criadas para repetir el daño

Miriam y Frances ya no son nombres al pie. En La Casa, sus gestos empiezan a marcar la dirección del relato. No tanto por lo que hacen, sino por lo que se espera de ellas. Una, moldeada por la mirada insistente de Mary-Love. La otra, protegida —y a la vez atravesada— por el misterio de Elinor. Ninguna parece tener un territorio propio.

La narrativa de McDowell no las juzga ni las idealiza. Solo las observa. Y esa observación revela que lo monstruoso no siempre entra en escena con colmillos. A veces, se transmite con una frase que se repite, con una expectativa que no se discute, con una pregunta que nadie se atreve a formular. En este sentido, La Casa no necesita un giro sobrenatural para perturbar: alcanza con mostrar lo que pasa cuando una infancia queda atrapada entre dos versiones irreconciliables del amor.

El espacio donde nadie pregunta

Algo pasa. No se dice qué. Pero se siente. Hay un cuarto que no se transita. Una noche en la que nadie duerme bien. Un relato que se corta a mitad. McDowell no acelera el ritmo. Prefiere dejar que el desconcierto se acumule en escenas mínimas, sin explosiones, sin revelaciones grandilocuentes. El terror, acá, es atmosférico. Sostenido por lo que se insinúa pero no se confirma.

Elinor sigue cargando con la extranjería. No hay explicación sobre su vínculo con el agua, pero tampoco se lo niega. Su cuerpo, su silencio, su forma de aparecer y desaparecer, son parte de una gramática que el pueblo de Perdido ya aprendió a no leer. Y en esa omisión colectiva —en ese acuerdo tácito de no nombrar— el horror encuentra su lugar. Invisible, pero activo.

Una tensión que ya no se puede contener

Con La Casa, la saga empieza a dejar de lado la ilusión de equilibrio. El conflicto entre Elinor y Mary-Love, apenas esbozado en La Riada y tensionado en El Dique, ya no puede sostenerse en gestos. Acá, todo es confrontación velada. Y esa confrontación ya no ocurre en los hechos: ocurre en las formas de habitar, de criar, de narrar el silencio.

A esta altura, lo sobrenatural no necesita intervención directa. Porque el lector ya sabe que la amenaza no siempre es un monstruo. A veces es una tradición que nadie se anima a cuestionar. A veces es una abuela. A veces, es una casa.


Mepol (Martín Enrique Pelozo)
Mepol

Responsable de Universo Literario. Dibujante ilustrador y analista SEO argentino.

Amante del género fantástico y la ciencia ficción en sus distintas representaciones: cine, literatura, arte, entre otros. Soy el responsable de este proyecto. Tanto de su diseño, como de evaluar el contenido que se publica. He compartido diversos artículos en la web, como biografías y algunas reseñas; pero mi principal proyecto es la sección Inksword, donde comparto una mirada personal sobre la historia del arte de ilustrar y su relación con la literatura y otras artes.