No hay un solo modo de ser parte. Elmer lo demuestra sin subrayados, con alegría, con juego, con un lenguaje que no excluye ni explica demasiado. A veces, ser diferente no implica oponerse, sino desacomodar un poco la fila. Y eso, en el mundo de los elefantes grises, puede ser un gesto transformador.
Elmer, el elefanta multicolor, de David McKee
